Paso de la laguna Estigia.

MICRORRELATO

       Allí se hallaba aquella alma vacía, desorientada, indecisa, pese a que el ángel de la orilla le invitase con un gesto hacia el paraíso. El alma al acercarse al temido infierno quiso retroceder, pero Cerbero ya estaba hambriento y yo no pensaba retroceder. No se supo el motivo por el cual aquella alma indefensa estaba ahí, todos pensaremos que fue una muerte repentina, fruto de la edad, ¿pero entonces por qué estaría llevándola al infierno? ¿Qué horrible cometido habría hecho para ser presa de mi dios Hades?
-Yo, Caronte, hijo de Érebo y Nix, he sido engañado por Hércules, convencido por Eneas, encantado por Orfeo, pero nunca más un culpable y asesino volverá a salir del infierno una vez dentro. Ya que por todas aquellas deudas que no han pagado en el mundo de los vivos, las pagarán aquí, en el Inframundo y me encargaré personalmente de ello.
Así es como Caronte nunca volvió a escuchar las plegarias de todas las almas que él escogía y así fue como nunca volvió a ser engañado.

Literatura y pintura.

En estas semanas hemos estado analizando la pintura y la literatura, pero de una forma un tanto especial, UNIDAS.
Ambos ámbitos artísticos no tienen mucha diferencia entre sí, ya que se trata de transmitir sentimientos del autor hacia el lector u observador. El cuadro que analizaremos en este blog será el pintado por El Bosco, el famoso Jardín de las Delicias. Podemos apreciarlo aquí:

Hace 2 días tuve la oportunidad de ir al Museo del Prado y de los cuadros que pude ver en tan poco tiempo del cual disponía, ya que debía asistir a una exposición, el que más me pudo llamar la atención es el que hemos podido apreciar anteriormente. Habíamos estudiado paso a paso el cuadro en clase de Literatura Universal y pudimos ver que no había tanta diferencia entre la literatura y la pintura.
En primer lugar, podemos aplicar a este cuadro el tópico literario de Tempus fugit, debido a que se puede ver el paso del tiempo desde el panel izquierdo, pasando por el central, hasta llegar finalmente al derecho, que sería el infierno. Pero vayamos por partes, empezando por el lienzo de la izquierda, en el que podemos observar como se representa a Adán, Eva y Dios. Esta es la imagen de la creación en lo que sería el paraíso del Edén tal y como se nombra en la Biblia, como todos sabemos. Se puede ver que hay un presagio de maldad, que algo no funciona del todo bien, concreta-mente al fijarnos en los animales. Pasando al lienzo central y más grande, que se caracteriza por una gran multitud de personas conviviendo con animales y personas de razas opuestas. El tópico literario que se aplica a esta parte del cuadro es el de Carpe Diem, es decir, aprovechar el momento, y esto se representa mediante las relaciones carnales que mantienen unos con otros, aprovechándose de la naturaleza cogiendo el fruto del deseo, como se aprecia en la parte central derecha, y así a la vez de la lujuria. Más allá de esto, encontramos a Adán y Eva escondidos en la esquina inferior derecha con una imagen de miedo y culpabilidad, como si ellos tuviesen la culpa de que algo mucho más grave pudiese ocurrir. Y así podemos ver en último lienzo, el del infierno, un gran caos del cual se apoderan los animales que son los verdugos y torturadores del ser humano. La naturaleza se revela y para ello se representa con imágenes escalofriantes y poco agradables. Los instrumentos, que representan la música, son las herramientas de tortura. Todo tiene un significado, por ejemplo las orejas que tienen una hoja afilada entre medias, que en aquella época podrían significar el castigo que se daba a las personas que robaban.
Como vemos toda obra de arte, sea una pintura, un libro, una canción, tiene algún significado oculto y no está puesto así porque sí.
 No lo mires, tienes que ver más allá.